20091113
esos muertos
Hace semanas, o mas bien meses, que vengo dándole vueltas a un post sobre las elecciones nacionales de este año. En los días previos a las elecciones pasadas había escrito un post en mi blog anterior que visto con la perspectiva del paso de los años tiene algo raro. En el momento escribí lo que sentía, y fue un sentimiento compartido por muchas personas, pero al mismo tiempo fue post escrito en un estado alterado de optimismo exagerado a causa de la situación que me rodeaba. A veces la emoción y el entusiasmo vuelven a la realidad mas simple y clara de lo que es. En general mi percepción de la realidad es bastante mas confusa, extraña y perversa. Ahora, escribiendo estas líneas –un desordenado borrador de ideas sueltas medianamente corregido- mi estado es mas que nada de confusión. Confusión y rabia.
Atención: usted va a leer un montón de ideas confusas, incompletas y desordenadas, lo unico bueno que tiene este post no lo escribí yo.
La verdad es que no tengo idea ni por donde empezar. Por mi que se mueran todos. No debería ni estar escribiendo esto. Siento que estoy colaborando en hacer mas verdadera una farsa. Que le estoy dándole validez a un show horrible e retorcido. Pero en fin. Hay cosas que me sacan de quicio. Por mas que me quiera alejar del todo de este universo no puedo. No puedo porque por mas asco que me dan la gran mayoría de la gente que esta en política, esta aun tiene bastante poder de decisión sobre mi vida y lo que me rodea.
Ver BLANCOS me saca (y aclaro que no solo blancos del Partido Blanco). El último recurso publicitario/táctico de los blancos de tratar de hacer confundir el arsenal de Feldman con cualquier resto de animo tupamaro de hacer algún revuelo no es patético. Es patético y horrible. Horrible. Horrible en todos los sentidos de la palabra. Da miedo. Miedo por todos lados. Miedo de que nos traten de tarados, miedo de que haya gente que nos trate así de tarados y piense en gobernar, miedo que haya uruguayos tan tan tan idiotas que se lo puedan creer. Igual son tan idiotas que esta jugada les va salir mal. Están tan encerrados en su universo que piensan que los comunistas y los tupamaros aun asustan a alguien.
Esto igual esto me recordó un viejo razonamiento que tuve hace unos años, en el que me di cuenta porque el mal siempre triunfaba: En la lucha de EL Bien contra El Mal es una batalla injusta y desigual porque mientras El Bien puede llegar a preocuparse por cumplir reglas de juego limpias, El Mal pelea por mas flancos, ya que no descarta tácticas y acciones corruptas e inmorales (además nunca descansa, siempre crece, aprende, se actualiza, muta, se regenera). Mientras El Mal se permite jugar sucio El Bien tiene que atenerse a sus reglas.
Por eso no hay que ser siempre bueno, con los malos hay que hacer malo.
Después de esta gran simplificación de las cosas en solo dos bandos tengo que aclarar que El Bien no es Mújica ni el Frente Amplio. Difícilmente pueda considerar parte del ejercito del bien a alguien dispuesto a destrozar el medio ambiente con tal de darle trabajo a “su” gente. Yo amo la naturaleza y odio el trabajo (o mas bien esta forma sofisticada de esclavitud que tenemos y le llamamos “trabajo”). Aunque Lacalle, los blancos. GRRRR. Los blancos tenían algo bueno en una época. Por lo menos eso creía. No soporto Larrañaga repitiendo la palabra “Esperanza”. “Somos las esperanza, somos las esperanza”. Es básicamente lo que dice o decía, ahora mas bien repiten “equilibrio”. Es triste que se piense ganar una campaña repitiendo una palabra. Pero bueno, si Obama lo logró en EE.UU. con solo decir la palabra HOPE en el momento adecuado del discurso, supongo los asesores electores a los blancos les aconsejan eso. Pero será por eso de que en Uruguay llega todo 10 años después que aun ese tipo de tácticas no funcionan del todo bien aquí. Y eso es algo bastante bueno del Uruguay, si en otros países la política se a convertido en una rama mas del Espectáculo, aquí aun se parece aun un poco mas a lo que era antes.
Odio tanto a Lacalle y lo que representa que votaría cualquier cosa que estuviese como la otra opción, así esta fuese un cactus, una tostadora o el cuidacoches de en frente a mi casa.
De hecho no estoy votando a un cactus pero estoy votando a Mújica y el FA. Y ya había hecho algo parecido cuando vote a ese ser despreciable, ese supuesto Mesías de la izquierda local que en la practica tienen acciones propias de la derecha mas reaccionaria. Ese cerdo que nisiquiera es tan católico como dice ser pero veta una ley de aborto por sumisión a la iglesia y su mujer cagándose en su partido y en el socialismo que decía representar. Y odio a los parlamentarios que no hicieron ninguna acción en contra. Por eso no me cuesta tanto votar a Mújica. Ya vote en contra de… Ya vote por la opción menos mala. Y mientras las “democracias” actuales sigan siendo esta especie de farsa montada de esta manera siempre vamos a tener que votar a la opción menos mala. Odio tener que estar escribiendo sobre esto.
Tengo tantas cosas mas agradables sobre las que escribir. Tantos discos, tantas películas, tantas canciones. Incluso tengo tantas cosas desagradables sobre las cuales escribir. Como The execution of Gary Glitter, un falso documental que se exhibió en la televisión inglesa que trata sobre una de una realidad alternativa en donde en el Reino Unido se ha reinstaurado la pena de muerte y Gary Glitter es llevado a la pena de muerte culpado por pedofilia que fue descrito por amigo ingles como I have never seen such a krang of a programme in my entire life. What a jip. That is the single worst thing i have seen on television ever, every single level was butchered. Imagínense que lindo post, sobre como un país al no tener la pena de muerte para alguien se inventa una “realidad ficcionada” en donde se representa su ejecución. Ya que se puede matar físicamente a sus victimas de turno las ejecuta espiritualmente. No podemos matarlo pero podemos hacerlo sentir miserable (y hasta capaz se suicida y todo).
Tengo ganas de escribir cualquier cosa menos esto. ODIO ESCRIBIR DE POLITICA URUGUAYA, pero no tengo mas remedio.
Bueno. Estaba en que voy a votar a Mújica simplemente por ser la opción menos horrible. Entre otras cosas tampoco me afecta nada porque el presidente es para mi una especie de puesto imaginario. Aquí está el primer falso problema. La elección de UN presidente sigue siendo un lastre que le ha quedado a la humanidad desde la monarquía. Mientras sigamos teniendo una figura ilusoria y sobrenatural, la de UN solo hombre encargado de los destinos de una nación, vamos a seguir teniendo ese problema. Hemos pasado de la Monarquía de origen divino a una Monarquía convalidada por las mayorías. No hemos avanzado mucho la verdad sea dicha. Es todo ilusorio en realidad, si bien los presidentes tienen bastante poder, es bastante infantil pensar que se encargan de todo. Casi todo el trabajo lo hace la acción conjunta del Partido, y este ha logrado el gobierno menos horrible desde la vuelta a la democracia. Pero bueno, mientras no tengamos control sobre lo que hagan nuestros gobernantes difícilmente a esto se le puede llamar democracia. El único control que tenemos es más simbólico que real: elecciones cada 5 años en donde tenemos que elegir entre aparatos partidarios totalmente ajenos a nuestra naturaleza en donde apenas podemos elegir a ciegas entre las vagas consignas que esta gente dice sobre lo que va a hacer, de las que luego apenas tenemos manera de controlarlas (maneras legales o constitucionales, ya salir a la calle a quemar el parlamento aun queda fuera de las reglas, lo que es una lástima, ya que pienso que es bastante saludable que los gobernantes le teman a sus gobernados). En definitiva, mientras tengamos este simulacro de democracia (repetir y repetir que este es un régimen democrático no lo convierte en tal) las elecciones van ser lo que fueron siempre: elegir el mal menor.
Conozco mucha gente que no quiere votar porque todo le parece igual. Hay algo de verdad en eso ya que reconozco que el margen de acción de los gobernantes hoy en día es limitado. Limitado por todos lados: por presiones externas internacionales, por presiones de círculos de poder, por presiones propias de la mentalidad conservadora de la gente, limitado por el poder de los medios, limitados porque ellos mismo se han limitado con el correr de los años, corriéndose todos al mismo estado (nefasto e ilusorio) de pragmatismo como ideología dominante. Hoy todos los partidos son de derecha. Pero aun y pese a todo eso, hay un margen de acción posible. Controlar el aparato del Estado, con sus abundantes recursos económicos y materiales es aun, y mas en un país tan chico como este, es un gran poder. Por eso es importante votar, por mas que sea al mal menor.
Sobre lo de izquierda y derecha quería transcribir algo del libro Se hizo de noche de Roberto Appratto: Si pienso qué significa, por ejemplo, ser de derecha, nuevos significados aparecen en mi mente: a modo de imágenes que petrifican, coagulan, fijan cada una un estado de cosas diferente, y que son en realidad lo primero que se ve cuando se piensa en eso. Ser de derecha, ser derechista, ser reaccionario, ser facho, ser fascista, es algo diferente desde entonces. No es “el que vota a los partidos tradicionales” ni “el que estaba a favor de la dictadura”, ni “alguien que habla en contra de la izquierda” o “de todo lo que significa ser de izquierda”: es eso, pero también algo mas. A partir de esos años, sobre todo desde que se empezó a cuestionar la división izquierda-derecha, desde que la derecha dejó de identificarse con la derecha, y asumió un rol para-histórico, trans-divisiones arcaicas del pensamiento; desde que ocupó los lugares que antes ocupaba la izquierda (se hizo “culta” “informada” “inquieta”) valorizó figuras de izquierda sacándoles el veneno, ese “atraso” de jugarse por el socialismo, el comunismo, o la revolución, para sintetizar, y las vio “estrictamente en su arte”, con lo cual hizo suyas las banderas del formalismo; desde que, sin decirlo, anuló cuanta práctica “interesada”, o con una dirección, o con un sentido, del pensamiento estético o crítico pudiera haber en el mundo, en nombre de una objetividad de tabula rasa que convirtió todo en material de información, desdeñable apenas se transpusiera el umbral de lo consumible, de lo que, a lo sumo, se pudiera lucir como galardón cultural sin más consecuencias; desde que se hizo heredera de la izquierda, porque quedó integrada por ex izquierdistas, la derecha se convirtió, lisa y llanamente, en un uso: en una conducción, una normativización del pensamiento que previene ante el riesgo de “dejarse llevar”, “tomar demasiado en serio” cualquier cosa que no sea el crecimiento, sano y natural, del ser humano dentro de los límites del mercado, de la tecnología, del “estar al día con todo”; un uso pragmático de las posibilidades de la vida que cortó, apoyada en la dirección que llevaba el mundo, y basada en su capacidad de absorción, basada en su conciencia “joven” de lo que hay, de cada mínima línea que pudiera aparecer en el horizonte del mercado cultural, todo lo que pudiera usar el mundo de otra manera; con guante blanco, desde la sofisticación ideológica, sin necesidad de militares ni de viejos, la derecha produjo esas imágenes que se me aparecen ahora: la de alguien que trata un tema de determinada manera, que usa un determinado vocabulario, que ignora proyecciones posibles, y diferentes de un problema, que “se informa seriamente” sin dejarse tocar por nada, que se cree que todo vale más o menos lo mismo, que se jacta de ser personal, libre, que relega todo lo que no puede usar a la locura, a los arrabales del sistema, que hace de lo circunstancial el centro de su vida en todo momento, sin intención estética alguna que rescate ese gesto. Ése es el bloque con que nos encontramos, en el Uruguay, al lado nuestro, apenas salimos de la dictadura; una monstruosidad convencida de su carácter eterno, sólo ocupada en crecer; una simulación imperturbable de lo humano. Esto va en contra de todo eso, en contra del dolor y de la distorsión que causó, del asco que me produce la sonrisa de beneplácito y sorna con que sus ejecutores reciben “la realidad”; en contra de la producción de chantas que dan todo por sentado, que hablan de “desengaño” y “desilusión” sin haber pasado, en realidad, por nada.
Hoy en día la izquierda lamentablemente se parece mucho a esta derecha. De hecho no creo que esta descripción sea aplicable solo a derecha ya que no describe solo a la derecha, describe al mundo que nos rodea.
Bueno. No voy a hacer un manifiesto de todas las cosas que creo que están mal rumbeadas en la sociedad actual. Me refiero a la toda sociedad actual mundial y su forma de organización. Me encantaría que los próximos gobiernos también se fijaran en otras estadísticas además de el crecimiento económico y las cifras de desempleo (algún día me extenderé sobre mi odio al trabajo y todos los problemas que trae tener todas las fuerzas de una sociedad estén apuntando a que todo el mundo tenga trabajo: destruir el planeta es la principal). Es decir, no solo estaría bueno y copado que los sueldos tuvieran alguna relación con los altísimos alquileres (ponele y digamos que un poco de mano dura en este tema no vendría mal, los gobiernos en algunos países controlan estas cosas, digo, para que la gente no le sea tan problemático el problema de la vivienda). Pero no me refiero solo a estadísticas económicas aunque eso es importante. Digo ¿No les parece preocupante que por mas que cifras económicas “mejoren” los suicidios no bajan?. ¿O la emigración no baja?. ¿Que pasa en este país que hace que la gente prefiera morirse o irse a cualquier lado?. Hay un elemento que se esta les esta escapando de la ecuación. ¿No les parece muchachos?. Me encantaria que algun día en vez de dar como buena noticia que la economia subió un 1% que por alguna vez los suicidos bajen. Algo que no sé bien que es esta mal en este pais y es algo sobre lo que no se esta haciendo nada.
Bueno. Se termino. Ultimo post sobre política nacional. Ya me aburre llenar de letras esto. No quiero mas. Que post horrible. Fuera. Chau. De ahora en adelante solo voy a escribir de otras cosas.
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