20061019

Serge Gainsbourg-Historie de Melody Nelson (1971)/Jane Birkin-Di Doo Dah (1973)






























Feo, orejón, elegante, cool, alcohólico, degenerado, inmoral, ególatra, misógino, sexópata, caradura, genio, talentoso, provocador. Una larga lista de adjetivos suela amontonarse al tratar de definir la obra y personalidad de Serge Gainsbourg. Obra y personalidad que están íntimamente entremezcladas al punto que su faceta de escandaloso personaje mediático eclipsó por mucho tiempo en Francia su inmenso talento artístico. Hubo que esperar que pasaran algunos años de su muerte -quizás porque empezó a hacerse evidente el gran vació que dejó su desaparición y que sus supuestos sucesores difícilmente iban a llegar a su nivel- para que su obra (y no solo sus happenings televisivos) empezase a ser recordada, reivindicada y revisitada.
“Se ha vuelto difícil componer y cantar luego de Gainsbourg” decía Christophe Marchand-Kiss[1]. Surgido dentro de la tradición de la chanson française bien se puede decir que fue su último gran exponente. Al llevar a esa tradición a lugares inesperados y sorprendentes -apropiando a esta a todo tipo de ritmos y estilos en una búsqueda permanente modernización y proyección al futuro- hizo que casi cualquier intento de renovación del género que se hiciese posteriormente quedase como reaccionario en comparación con los logros de Gainsbourg.
Es un error separar la vida publica de Gainsbourg con su obra ya que el personaje que el mismo fue creando lentamente consigo mismo -rodeándose de una moderna aura mitológica- juega permanentemente con su obra y es parte integral de la misma. De la misma manera el Gainsbourg personaje publico fue desdibujando lentamente los limites con un supuesto Gainsbourg “real”, al ser su vida privada -poetizada, mitificada y estetizada- una de las fuentes principales de las que se nutria su obra. Suele pasar que si alguien pasa gran parte de su vida interpretando un personaje, este termine tomando el lugar de la persona “original” (si es que esta existía antes). Es así que en Gainsbourg obra, vida pública y vida privada terminaron desdibujando sus limites para convertirse en una sola cosa.
Es por eso que la televisión fue clave en Gainsbourg[2]. Ya sea en interpretando una canción o simplemente siendo entrevistado Gainsbourg era capaz de convertir cada aparición televisiva en un evento de valor artístico por sí solo o por lo menos en un complemento de su obra. A finales de los 50s, cuando comenzaba su carrera, su increíble y particular presencia escénica en veladas televisivas de escala nacional fue importantísima para labrar su reputación inicial y ya en la segunda mitad de los 60s dio un paso adelante cuando empezó a realizar interesantísimos cortos (lo que hoy serian video-clips[3]) como manera de promocionar sus canciones. Gainsbourg vio en la televisión un medio inmejorable de autopromoción masiva y supo contrarrestar (aunque a veces solo en parte) los peligros de banalización y simplificación típicos del medio gracias a una avasallante presencia y personalidad. No importaba que tipo de programa de televisión se tratase, Gaingbourg iba a ser siempre Gainsbourg y no se iba a dejar amedrentar o anular por la televisión. Tenia una presencia tan fuerte que podía ir a cualquier lado y destacarse, sin que se lo “comiese” la circunstancia. Ya en los 80s, en el ocaso de su carrera y cuando los medios se interesaban mas por el decadente personaje polémico que por el artista, solía pasearse borracho por los estudios de televisión dando lugar a una seguidilla de apariciones que aún hoy son muy recordadas, como cuando trató de levantarse a una jovencísima Whitney Houston con una pick up line bastante directa (“I wanna fuck you”) o cuando luego de unos confusos episodios con el Fisco (que terminarían con la incautación por parte del Estado del 74% de sus ingresos) Gainsbourg da su versión de los hechos quemando en vivo en televisión nacional tres cuartos de un billete de 500 francos .




























El nombre verdadero de Serge Gainsbourg era Lucien Ginzburg y venia de una familia de judíos rusos que llegó a Francia en los años 20s huyendo de la revolución bolchevique. Su padre Joseph era un talentoso pianista y logró rápidamente establecerse trabajando en el circuito nocturno parisino. La Segunda Guerra Mundial y la invasión de Hitler marcaron a la familia Ginzburg ya que el Régimen de Vichy no le permitía a Joseph trabajar por lo que tuvo que emigrar al sur del país (Limoges) primero solo y luego con toda la familia. Con la liberación de Paris en 1945 toda la familia retorna a la ciudad, salvo una tía de Lucien, Olga, que murió en un campo de concentración.
Su carrera como cantante de empezó relativamente tarde. Primero intentó estudiar arquitectura pero luego abandonó la carrera para continuar la tradición artística familiar centrando sus esfuerzos en la pintura. Por un periodo de tiempo pintó intensamente y llegó a tener 400 cuadros terminados que luego quemaría en un violento gesto de insatisfacción con su obra. (“No sé perdió nada porque no había llegado a nada”).
Luego de esa desesperada acción decidió dedicarse a la música y se anotó en la Ecole Normande de Musique pero antes empezar a asistir a clase se lo requirió para terminar el servicio militar. No estuvo ahí mucho tiempo, pero fue allí donde “aprendió a beber”[4]. En su retorno a Paris dio clases en un centro para niños judíos por un breve periodo de tiempo para luego ingresar –gracias a los contactos de su padre- a trabajar como pianista y guitarrista en diversos centros nocturnos para diversos artistas, entre los que se puede destacar a Boris Vian, cuya versatilidad de recursos musicales, métodos surrealistas e impactante puesta en escena marcarían al joven Gainsbourg.
Para ese momento Gainsbourg estaba totalmente convencido de entrar de lleno al mundo de la música, pero algo traumado por sus enormes orejas, su enorme nariz y su congénita fealdad general descartó al principio la idea de ponerse a cantar enfrente a un publico por lo que prefirió dedicarse a producir y componer para otros artistas.
Antes de continuar con su carrera específicamente musical hay que recalcar el hecho de que a lo largo de su vida Gainsbourg tuvo intereses y actividades de lo más diversas. Además de componer, producir e interpretar en el mundo de la música, Gainsbourg fue compositor de bandas sonoras, actor (en más de 30 películas, aunque casi siempre en papeles secundarios), cineasta (hizo muchísimos cortos, gran parte de ellos con la función de ilustrar sus canciones, publicidades y cuatro largometrajes: Je t`aime (moi non plus), Equator, Charlotte Forever, Stan the Flasher) y hasta esta escribió una novela -Evguénie Sokolov- en 1980. También se sabe que a pesar de hacer de Nerón con sus pinturas, nunca abandonó el interés por esta disciplina artística y seguía pintando esporádicamente en su intimidad.
Como suele suceder con este tipo de personas con tendencias y capacidades múltiples, uno puede quedar muy sorprendido por la gran cantidad y variedad de cosas que hizo en su vida y no se puede evitar sentir admiración (y sana envidia) por haber aprovechado la vida de esa manera. Pero en privado Gainsbourg solía mostrarse frustrado por la gran cantidad de cosas que no pudo llegar a hacer y según cuentan crónicas de gente cercana a él, parte de sus tendencias autodestructivas provenían de este sentimiento (además de que gran parte de sus emprendimientos fueron rechazados o por el público o por la critica o por ambos).
Pero lo interesante de esta diversidad de actividades es ver como probablemente estas se hayan terminado de interrelacionarse e influirse mutuamente. Por ejemplo, gran parte de su obra musical, como Historie de Melody Nelson, posee cualidades que bien se pueden calificar de “cinematográficas” (en el sentido una forma narrativa que apela a las imágenes concretas en una cierta atmósfera referencial especifica que apela a un imaginario cinematográfico). Gainsbourg llamaba “un arte menor” el componer canciones, pero logro enriquecer ese “arte menor” hasta convertirlo en algo realmente trascendente gracias a un gran conocimiento de recursos literarios, un detallismo y cuidado propio de los grandes pintores (a los que trataba de imitar) y cierta apropiación personal de las ideas cinematográficas que surgieron en Francia en su época[5].






















Luego de hacerse rápidamente de experiencia como músico rentado, Gainsbourg continua su carrera musical como arreglador, productor y compositor para otros artistas. Si bien finalmente terminó él mismo interpretando sus canciones, nunca dejó de componer y producir para terceros. La lista es bastante larga y incluye nombres como Petula Clark, Juliette Greco, Dionne Warwick, France Gall, Anna Karina, Serge Regianni, Régine, Brigitte Bardot, Jacques Dutroc, Isabelle Adjani, Vanessa Paradis, Julien Clerc y por supuesto Jane Birkin. Como se habrán percatado la lista predominan las mujeres sobre los hombres. Y generalmente mujeres muy lindas.
Hasta mediados de los 60s sus canciones eran generalmente más exitosas cuando eran interpretadas por otros y si bien empezó su carrera como interprete en 1958 recién lanzo su primer LP en 1964, prefiriendo hasta ese momento siempre el formato del single o los Eps de cuatro canciones. Gainsbourg explicaba estas dos cosas diciendo que si lanzaba un LP con doce canciones probablemente solo dos de estas lograrían ser promocionadas mientras las otras diez pasarían desapercibidas para el gran publico, mientras que si repartía sus canciones a otros cantantes y él limitaba sus publicaciones a formatos de corta duración todas sus canciones (y no solo algunas) podían ser exitosas.
El hecho de tener la capacidad “global” de componer, producir, arreglar y cuando quería, también interpretar sus ideas, liberaba a Gainsbourg de tener que negociar con terceros el control del proceso y resultado final de su propia obra. Muchos artistas solo pueden soñar con tener esa capacidad de poder elaborar y controlar todo el proceso que lleva en hacer una canción desde los apuntes en papel hasta la publicación final. Hay un control autoral de la obra bastante excepcional. Incluso cuando escribía canciones para terceros, la marca de Gainsbourg se mantenía en ellas por mas que fuese otra la voz que las materializase.
A partir de la segunda mitad de los 60s, cuando logra tomar mas control sobre su carrera, Gainsbourg también tendría bastante control sobre la presentación y promoción de su obra a través de, por ejemplo, un cuidado arte de los discos o realizando cortos para televisión como manera de promocionar sus canciones. Pero fue sobretodo a través del perfeccionamiento de su personaje publico que Gainsbourg terminó de completar una refinada “puesta en escena” de su obra. Esa exquisita y ultracool presencia escénica fue clave como forma de promoción (a veces a través de la controversia y escándalo) y además termina sepultando los traumas de fealdad del cantante para dotarlo de una autoconfianza y seguridad con la que termino arrasando con todo lo que le se puso adelante.
























1965 es un año clave en su carrera ya que, además de empezar a colaborar con Brigitte Bardot, France Gall gana el festival de Eurovisión de ese año con una canción suya, Poupée de Cire, Poupée de Son . La canción fue luego numero uno en toda Europa, menos en Inglaterra (como era de esperarse para algo francés). No sé si por esto Gainsbourg fijaría a partir de ese momento gran parte de sus objetivos y obsesiones en ese país.
Si en 1964 Gainsbourg ya había desorientado a los seguidores tradicionales de la chanson basando su segundo LP (Gainsbourg Percussions) en ritmos afro-cubanos, en 1965 los lograría enfurecerlos del todo cuando declaraba que su intención desde ese momento en adelante seria la de hacer rock. Peor traición que esa, y en ese momento, es inimaginable.
Deslumbrado por el potencial del rock británico (en especial por Ray Davies) y toda la revolución cultural que lo acompañaba, Gainsbourg publica en 1965 un Super 45 con las canciones Qui est “in” qui est “out”, Marilu, Docteur Jekyll et Monsieur Hyde y Shu ba du na loo ba. Gainsbourg no hace versión mimética del rock británico y solo toma algunas cosas: las sólidas bases rítmicas, la instrumentación (la formación guitarra eléctrica bajo y batería) o cierta clase de arreglos; todo esto acompañado de un sano e hiriente cinismo y un uso constante de referencias a la cultura pop.
En este acto de desplante con su tradición y seguidores Gainsbourg no solo logró marcar distancia con los artistas de su género, sino que al mismo tiempo sobrepasó (y dejó parados como postes) a los rockeros franceses de esa época, los que generalmente se limitaban a imitar y hacer covers de los éxitos ingleses y norteamericanos del momento.
Es aquí la primera que a Gainsboug se lo acusa de ser un típico oportunista que va detrás de la moda. Pero nada mas lejos de la verdad. En el peor de los casos se lo puede acusar de cierto vampirismo, pero si hay algo que marcó su carrera fue el gusto por los riesgos y la aventura, intentando siempre hacer, sin dejar de ser un artista popular, música contemporánea. Curioso, inquieto e informado, su obra esta llena de experimentos, pruebas, escapes a otros géneros, intentos, movimientos audaces, errores y aciertos. Si bien su obra tiene una continuidad, unidad y elementos constantes, Gainsbourg nunca estuvo quieto y siempre encontraba mas placer e inspiración en lo nuevo que en repetirse eternamente. Partió de la chanson, pero jugó con elementos de jazz, del rock, pop, música africana, soul, funk, ritmos tropicales, reggae[6] y sobre el final de su carrera empezó a experimentar con sintetizadores en discos como Love on the Beat.
Gainsbourg fue un gran artista, que en lugar de dejarse ganar por el miedo a los cambios y la moda, plantaba cara antes ellos con la seguridad de que iba a salir ganando. En lugar de refugiarse en lo seguro veía de que manera los cambios podían enriquecer su obra y disponía de la personalidad, talento (y ego) suficientes como para estar seguro de poder ganarle al paso del tiempo.
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Me extenderé mas sobre este tema cuando hable sobre Jane Birkin, pero hay que destacar que el estilo vocal de Gainsbourg se basa en el aprovechar sus limitaciones técnicas (recordemos que no era su idea ser cantante) para crear una sensación de intimidad a través de un tono generalmente confesional y contenido. Gainsbourg no podría llegar a determinadas notas y poseía un rango vocal limitado, pero logró perfeccionar un estilo personal, que muchas veces se asemejaba a la de una especie narrador en off sobre la música, propio del que no necesita levantar la voz para mostrarse seguro y dominador total de la situación, manejando los tiempos y climas de una manera de lo más canchera, como si nada le costara el mas mínimo esfuerzo. Al mismo tiempo, la cuidada interpretación de sus letras -eligiendo cuidadosamente como pronunciarlas y entonarlas- colaboraba en perfeccionar este estilo e incluso las hacia jugar con su sentido.
Las letras de Gainsbourg eran de una gran musicalidad y belleza. Muchas veces se dice (y el mismo lo decía) que las palabras que utilizaba eran elegidas mas por su sonido que por su sentido, pero esto no quiere decir que en esta acción Gainsbourg se despreocupara totalmente por el significado de las palabras. Sus letras, disfrazadas a veces en la simpleza de lo literal, solían jugar en múltiples planos y niveles de significado. Él tener que optar en la lírica entre la fonética o el significado es una falsa dicotomía, ya que si se quiere llegar a una canción perfecta ninguno de sus elementos deben tratarse como relleno. Y como dice Billy Childish: “Life it`s too short to boring music”.
Una de las características mas personales de las letras de Gainsbourg, y de su manera de interpretarlas, era la acentuación en las posibilidades rítmicas de las mismas. En muchas de sus canciones la voz ofrecía un contrapunto o arreglo rítmico o directamente ayudan a marcar el ritmo de la canción. Así que no solo elegía las palabras a utilizar por su sonido, sino que también por sus cualidades rítmicas casi utilizándolas como si fuesen un instrumento mas de percusión[7].


















En general, y esta es otra de sus cualidades destacables, en la obra de Gainsbourg la relación música y letras parece simbiótica, como si se hubiesen generado al mismo tiempo y no una a partir de la otra.
Los extraños y intraducibles juegos de palabras en los que Gainsbourg solía basar sus letras se apoyaban en recursos literarios que están con nosotros hace miles de años (anáfora, anadiplosis, paranomasia, aliteración, etc) logrando así un estilo personal y único con recursos clásicos a los que a veces adornaba con detalles surrealistas o asociaciones libres a lo détournement. Jugando con el doble (o múltiple) sentido de las palabras (a veces de una explicitud sexual digna de No Toca Botón) Gainsbourg manejaba su lengua con calidad, elegancia y maestría.
Pero la característica mas personal en las letras de Gainsbourg es la construcción, a través de un múltiple juego intertextualidad, de una especie de gran corpus mitológico autorreferencial en el que se mezclaban y convivían referencias a otras obras (filmes, novelas, textos filosóficos), conceptos, elementos y personajes de la cultura pop, personajes de la historia universal, personajes de ficción y personajes de su propia invención, en el que al mismo tiempo entremezclaban elementos de su propia vida y leyenda autogenerada. Elaeudanla Teïtéïa, Talkie Walkie, Buffallo Bill, Beetyjane Rose, Johnny Jane, Eva, Mickey Maousse, Rolls Royce, Nefertiti, Gainsbarre, Paco Rabane, Bonnie & Clyde, Melody Nelson, Evguemie Sokolov, Lola Rastaquouére, Marilu, “In”, “Out”, “Hold up”, Baudelaire, Nietzsche, Van Gogh, Ford Mustang, Kawasaki, Banana Boat, Prévert, Chopin, New York USA, Rosemary, Anna, Charlotte, BB, Docteur Jeckill, Monsieur Hyde, Loulou, Pistolet Joe, Capone, Harley David Son of a Bitch y una lista casi eterna se fueron acumulando construyendo poco a poco un universo propio en el que se combinaban de manera personal hallazgos del pop art y el surrealismo.

Historie de Melody Nelson
En una oscura noche Gainsbarre conduce su Rolls Royce. Poseído en sus pensamientos y con la mirada fija en el horizonte, solo escucha el silencio del motor mientras atraviesa una carretera aislada y solitaria. De repente siente un golpe. Ha atropellado a alguien. Al principio solo ve las ruedas de una bicicleta y después ve el cuerpo de una chica que tirado sobre el pavimento. Afortunadamente la chica esta bien, se llama Melody Nelson y tiene solo 14 otoños y 15 primaveras. Gaisbarre la alza en brazos sin saber en ese momento que se convertiría en la única persona que iba a abrazar a Melody en su vida. Nace un típico amor fou; sin limites, intenso, onírico y fugaz. Gainsbarre le enseña a Melody los secretos el amor físico en la habitación de un particular hotel (que es en realidad como una especie de museo o colección privada de arte) en donde la belleza de Melody se muestra como solo comparable con las grandes obras maestras de la historia universal. Ella se convierte, al mismo tiempo, en musa inspiradora y obra de arte. Todo iba bien hasta que un avión en el que viajaba Melody se estrella y desaparece en la selva de Nueva Guinea a causa de hechizos de los brujos locales que buscan atraer los aviones a la jungla con el fin de saquearlos.
Mas o menos esto es lo que se cuenta, en menos de media hora, el disco Historie de Melody Nelson. 1971, dos años después del polémico Je t`aime (moi non plus) Gainsbourg lanza su primer disco conceptual[8] que si bien no pasó totalmente desapercibido en su momento, fue necesario el paso del tiempo para que empezase a ser reivindicado y admirado como el gran disco que es. Es que algunas obras tardan mas que otras en mostrarse en toda su plenitud. No vendió enormidades y es lógico, ya que habituado el mercado, los medios, y el mismo Gainsbourg al formato de hit single, un disco de este tipo –que solo se puede apreciar en su totalidad y no a través de un corte del mismo- fue un disco de difícil promoción[9].
Historie de Melodie Nelson tiene además cierto carácter hermético que vuelve una obra difícil. Es un disco bastante insular al que no se lo puede fácilmente relacionar con otros a través de referencias. Una obra auténticamente experimental cuyos pasajes más interesantes e idiosincrásicos (llenos de ideas y pliegues) son tan complejos como originales. Único en su genero, todo el disco en su conjunto es un gran hallazgo y otro ejemplo en la carrera de Gainsbourg de su gusto por hacer música realmente arriesgada, innovadora y contemporánea.
Otra vez mas, Gainsbourg toma una idea ajena (la del disco conceptual, proveniente del rock) para adaptarla a su universo y dar su versión de la misma. El que sea una historia el eje central del disco le da a Gainsbourg la posibilidad de hacer gala de sus magnificas capacidades de narrador e ilustrador de ambientes y climas, en colaboración con una musicalización (y aquí es clave la tarea del productor y arreglista Jean Claude Vannier) que es clave para la dramatización de las escenas narradas.
Como es lo normal en un disco conceptual una continuidad borronea los limites entre las canciones y al principio cuesta apreciarlas como piezas separadas. Haciendo esta aclaración pasemos a decir que las canciones son solo siete y se pueden dividir en dos grupos. El primero estaría integrado por las largas canciones que abren y cierran el disco, Melody y Cargo Culte, que con sus siete minutos cada una (larguísimas si vemos que las canciones de Gainsbourg suelen durar dos minutos o menos) llegan a ocupar mas mitad del disco. A este grupo se les puede sumar L`Hotel Particulier (que es cuando se la clava[10]). Estas tres piezas se pueden considerar las composiciones mas logradas y representativas del disco. En ellas el clima es denso, narcótico, sugerente, oscuro. Son canciones algo deformes, con estructuras complejas y con cierto aire de dub oscuro sin ser dub[11]. Están mas centradas en crear un clima propicio para la historia que en ser canciones tradicionales. Hay una utilización muy especial de la orquesta, que por momentos se sale de su papel tradicional se para colaborar con la base rítmica uniéndose en una extraña alianza. El bajo toma un rol importante y protagónico (Melody y Cargo Culte se sostienen en una línea de bajo muy similar, lo que le da unidad al comienzo y fin de la historia) que poco tenia que ver con el papel que le daba rock que se hacia en esa época al bajo y se acerca mas al papel que iría a tener del post punk del adelante (aunque en realidad era algo de lo mas normal para alguien criado en el jazz y con gran conocimiento de la música negra en general). En estas piezas - y en menor o mayor medida en todo el disco- hay una utilización muy original y compleja de cómo se relacionan los diferentes instrumentos y elementos que componen las canciones. Estos dialogan, hablan, gritan, se entrelazan, se desentienden, discuten, se reconcilian, se escupen, se besan, se hacen mimos, se golpean, se hieren, se interrumpen, se superponen; se logra generar un clima de aparente caos e imprevisibilidad, por mas que en realidad todo esta bajo control y se atiene curso intencional y marcado[12]. Esta oscilación, entre caos y orden es uno de los grandes hallazgos del disco.
Como contrapeso y complemento estas largas y densas piezas, hay una serie de canciones más simples, reflexivas e intimas, en donde Gainsbourg parece abstraerse de la situación que esta contando para reflexionar sobre ella. Aquí se detiene para enumerar las virtudes y perfección de Melody mientras manifiesta una naciente dependencia hacia ella (Ballade de Melody Nelson), ofrecer una melancólica visión sobre los misterios y secretos del amor en un bellísimo vals de sutileza impresionista (Valse de melody) y empezar a demostrar peligrosos rasgos de celos posesivos (Ah! melody[13]).
El festivo funk eléctrico instrumental post-coito (En melody)[14] no entra en estas dos categorías que me acabo inventar (en todo caso entra mas bien en la primera). Esta pieza ofrece un ultimo quiebre en el disco; que va de la manifestación explosiva de alegría y felicidad del momento de la pareja pero que sobre el final se adentra y adelanta en el trágico desenlace de la historia.



















En un claro ejemplo de los como se borronean los limites entre realidad, ficción y leyenda, es claro que Jane Birkin es Melody Nelson y Melody Nelson es Jane Birkin. El disco narra de forma poética e idealizada el encuentro real entre Gainsbourg y Birkin. Gaisbourg construye aquí uno de los tantos homenajes a su musa inspiradora (¡y que musa!), la mujer que con la que permanecería mas tiempo y los mejores años de su vida. Entonces, ¿Qué significaría entonces la muerte final de la adolescente Melody?. Jane Birkin -que por mas que todo el disco este hecho en su honor, solo participa en él para de vez en cuando decir el nombre del personaje que interpreta- podía representar en la ficción a una lolita, pero estaba cumpliendo por esa época 25 añitos. Además, ya no se trataban de un romance fugaz; ya convivían y tenían a una recién nacida Charlotte. ¿Será esa la muerte que hace referencia Gaisnbourg?, ¿La muerte de la lolita que para convertirse en mujer?.
En fin, yoquesé. En realidad los rasgos mas reveladores de esta obra en la relación ficción-realidad están en la permanente equiparación (en una especial forma de fetichismo) de Jane Birkin como musa inspiradora que al mismo tiempo es una obra de arte, lo que esta relacionado con el carácter posesivo y dependiente del amor que tenia Gainsbourg hacia con Birkin. Gainsbourg se sentía atraído por la inglesa al punto que se convirtió en su razón de existir, pero al mismo tiempo lo carcomían los celos y el hecho de que su mujer fuese un objeto de deseo para los otros. El miedo a que algún día se la robaran era un constante problema (que termino arruinando la relación) y que Melody muriese atraída por los hechizos de los brujos que querían atraerla quizás vaya por ese lado.

Pasemos a Jane Birkin.

Mujeres













Antes de llegar a Jane Birkin hagamos un pequeño repaso por la selecta lista de mujeres que pasaron por la vida de Serge Gainsbourg.
El primer gran amor de Serge Gainsbourg llegó cuando aun se llamaba Lucien Ginzburg y trataba infructuosamente ser pintor. Elizabeth Levitsky provenía de una familia de aristocráticas rusos, trabajaba como modelo y además era secretaria del poeta surrealista Georges Hugnet. No pude encontrar ninguna foto de ella en que vea en su plenitud, pero con esas credenciales me imagino que era muy linda (o sea: era rusa y era modelo) y además no debía ser ninguna boba. Recordemos que en esa época nuestro héroe aún se sentía disminuido por su fealdad, pero al parecer ya poseía una personalidad magnética. Con ella se casa en el 51 y seria clave en la vida de Gainsbourg ya que a través de ella llegó a conocer personalmente a varios artistas surrealistas (la pareja solía pasar noches en el apartamento de Salvador Dalí) que luego influirían en su vida y obra.
La relación con Liz termina en el 57 y luego pasarían siete años de soltería empedernida (en donde Gainsbourg se dedicaría a hacer arrancar su carrera como músico) hasta en el 64 que se casa con Francoise Pancrazzi a la que Gainsbourg llamaba La Princesee. Con ella tendría su primera hija, Natacha. Este matrimonio duraría muy poco y se separarían al año siguiente, aunque recién seria anunciado a la prensa al año siguiente. Para el momento Gainsbourg ya era una persona publica.
Simplemente sacando cuentas y atando cabos uno puede darse cuenta cual era la razón del fin de este segundo matrimonio, iniciales: BB.
El romance de Serge Gainsbourg y Brigitte Bardot seria breve pero intenso y productivo. Fue todo un bombazo para los medios, paparazzis y revistas del corazón: Gainsbourg no solo se estaba levantando a una chica hermosa sino que se estaba levantando al símbolo sexual de todo un país y toda una época. Juntos lanzarían dos discos clásicos Bonnie & Clyde y Initiales BB. Es en esa época que la música de Gainsbourg empieza a abandonar definitivamente sus raíces en la chanson para captar el espíritu de los tiempos y además empezar a hacer una música con tintes más eróticos, por no decir explícitamente sexuales. Es durante este affair que Bardot le pide a Gainsbourg que escriba: “la plus belle chanson d`amour qu`il puisee imaginer” (« la canción mas bella que pueda imaginar »). Este apareció al rato no con una, sino con tres canciones: una con una historia de amor trágico, Bonnie & Clyde, otra sobre un amor con deslices fetichistas, Harley Davidson y una última sobre “amor físico” (amour phyisique), Je t`aime (moi non plus) que como Gainsbourg solía referirse al sexo. Las tres canciones se grabarían, pero solo las dos primeras salieron publicadas. Bardot le pidió Gainsbourg que no publicase Je t`aime (moi non plus) asustada por la posible mala aceptación publica debido a su explicito contenido sexual[15].
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Jane Birkin
Jane Birkin nació en 1946 y es hija del aristócrata inglés David Birkin y la actriz Judy Campbell (musa del compositor Noel Conward). Jane se crió con comodidades burguesas y recibió una típica educación aristocrática, pero rodeada de un entorno artístico que fomentaba sus inclinaciones creativas.
Jane quería seguir la carrera de su madre y a principios de los 60s consigue sus dos primeros papeles. El primero en una producción de Graham Greene, Carving a Statue y luego en musical Passion Flowers Hotel del compositor John Barry, con el se casaría y tendría su primera hija, Kate. Su carrera como actriz no tiene continuidad hasta que aparece en el clásico filme de Antonioni, Blow Up. Su papel no era importante, pero su celebridad se da al convertirse en la primera actriz en hacer un desnudo frontal en un filme mainstream inglés. Birkin se convierte en un personaje popular de swinging london y en 1968 Birkin conoce a Gainsbourg cuando los dos audicionan para un filme llamado Slogan.

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Jane Birkin y Serge Gainsbourg estuvieron juntos por 12 años, siendo esta la relación más duradera que tuvo Gainsbourg y en definitiva el amor de su vida. Con ella tendría una hija, Charlotte. La pareja vivía en una finca, alejados del acoso de la prensa, lo que le daba a su vida un aura misteriosa que luego Gainsbourg aprovecharía en su obra. Es que se trataba de una pareja irresistible para la prensa: dos estrellas e iconos populares de dos países culturalmente tan cercanos como diferentes estaban juntos. Con el apadrinamiento (como era es lógico) de Gaisnbourg, Birkin inició aquí su carrera musical y paralelamente su carrera como actriz se vería prácticamente limitada a una serie de sexplotations europeos en que su sola presencia frente a la cámara (con o sin ropa) cargaba de erotismo y lujuria la pantalla. La pareja se separaría en 1980 y Jane se llevaría a sus hijas (Gainsbourg crió a Kate como una hija propia) pero siguieron teniendo una relación amistosa, de hecho no dejaron de colaborar juntos y Gainsbourg le compuso y grabo dos discos enteros (Baby Alone in Babylon y Lost Song).
Antes de volver al 69 habría que recordar que luego de Jane Birkin, Gainsbourg estrecho una relación intima (aunque al parecer solo amistosa) con Catherine Deneuve y habira que hacer una pequeña mención a Caroline Von Paulous, alias Bambou, la última mujer en la vida de Gainsbourg. Con Bambou (que tenia veintiún añitos cuando se involucra con Gainsbourg el que ya iba por pasando alegremente el medio siglo de vida) intentó hacerle empezar una carrera musical y grabó un single (Lulu) y un disco (Made in China) que fracasaron comercialmente.
Aunque en realidad, bien se puede considerar a su hija Charlotte como la última mujer de su vida, o por lo menos, su ultima musa. A ella también la haría comenzar una carrera como cantante y fue con el single Lemon Incest que el mundo vio por primera vez a la pequeña Charlotte cantar. Con 12 añitos aparecía, algo escasa de ropa, en el video de la canción en tendida en una cama con su padre en una serie de poses “sugerentes”. Gainsbourg hacia cantar a su hija un estribillo que recordaba a Je t`aime (moi non plus) (Je t'aime t'aime, je t'aime plus que tout, papa papa) y un pasaje de la letra decía: L'amour que nous n'f'rons jamais ensemble/ Est le plus beau le plus violent/ Le plus pur le plus enivrant (El amor que nunca realizaremos /es el mas bello, el mas violento /el mas puro, el mas embriagante)
Como se imaginaran, otro escándalo. Pero como era costumbre en Gainsbourg los escándalos se explotan comercialmente hasta la ultima gota y el siguiente single, Charlotte Forever, continuaba con la temática del anterior. La canción era parte de la banda sonora de todo un filme con mismo nombre quizás bastante menos vulgar que el video de Lemon Incest, pero no menos sugerente en lo que tenia que ver con la idea de un amor profundo entre padre e hija y en donde además se jugaba con la idea de Charlotte como sucesora o reencarnación de su madre.



















69
Paréntesis. Hubo una época en que los escándalos y provocaciones sexuales o morales de los artistas podían servir por lo menos para abrir temas de discusión que a la larga y en algunos casos servían para descomprimir y ensanchar las libertades morales y sexuales de toda una época. Je t`aime (moi non plus) fueron uno de tantas sucesos culturales de una época (los 60s) que ayudaron a que en los años siguientes la moral conservadora y represora en lo sexual diera paso a una época algo más liberal en esos aspectos. Me desvío un poco del tema para hacer observar como los “escándalos” actuales mas bien sirven para lo contrario. El beso de Madonna y Britney y sobretodo la puta teta de Janet Jackson son mediatizados intencionalmente como grandes escándalos y provocaciones cuando en realidad se trata de un beso en la boca entre dos personas y una teta de mierda. Esto se hace deliberadamente con fin de introducirnos en una época más represiva y oscurantista en lo sexual. O sea, ¿tanto lío por una teta?. No debería ser así, pero todos los medios de comunicación yanquis lo presentaron como algo intolerablemente provocativo con el fin que de ahora en adelante una simple teta sea motivo de escándalo (es decir, bajar el limite de lo que es inmoral y lo que no a estándares mas conservadores) y de paso presentar al ñoño de Justin Timberlake como un artista “provocativo”, que obviamente se arrepintió y pidió perdón a toda América por lo que hizo (porque ahora los artistas “provocativos” pueden “provocar”, pero después piden perdón y siguen con su vida basada en los tradicionales y conservadores valores familiares norteamericanos) poniendo caras de impresión cuando recordaba el traumático momento en que le vio la teta (repito: una teta) a la hermana de Jacko aclarando que fue sin querer y que no estaba previsto. ¡Es que podía haber niños mirando!. ¡Que horror!. (Porque por mas que los niños lo que mas ven en sus primeros meses de vida es una teta parece que verla después puede ser traumatizante). Hace unos días leí como los productores de Desperate Housewives borraban mediante la computación los indicios de pezones que se podían ver a través de la ropa de las actrices para que no tener problemas con los nuevos códigos de censura televisivos y no hay que olvidar las protestas de asociaciones de madres para que no aparezcan tetas en las portadas de revistas que están a la vista del público, y no se referían a Playboy o Hustler, sino a las típicas revistas para dar consejos madres en donde de vez en cuando a algún degenerado se le ocurre poner a una mujer amamantando. En fin, los 60s nunca existieron, aquí no pasó nada y ya estamos de nuevo en los años 30s y El Código Hays de Censura vuelve a regir nuestras vidas.
Volvamos a 1969. Serge Gainsbourg y Jane Birkin eran la pareja de celebridades del momento y al mismo tiempo un puente entre los efervescentes movimientos culturales de Inglaterra y Francia (o por lo menos, algo que los franceses e ingleses tenían en común). Gainsbourg decide regrabar la canción que Bardot no quiso publicar con su nueva novia y voilá. Éxito y revuelo instantáneo en toda Europa. Gainsbourg consigue así su primer y preciado primer numero uno en Inglaterra logrando superar la espina que le quedo por no haberlo conseguido con Poupée de Cire, Poupée de Son. Lo mas curioso de ese numero uno es que lo consiguió por mas que la canción tenia su radiodifusión prohibida en las islas británicas, convirtiéndose así en un antecedente similar al del numero uno conseguido por los Sex Pistols con God save the queen. Pero los jadeos, resoplos, respiraciones y sonidos explícitamente sexuales y lujuriosos que salían de la boca de Jane Birkin en esta canción no solo alarmaron a los guardianes de la moral ingleses sino que fue prohibida su difusión por televisión y radio en países como España, Italia y Suecia. Hasta el diario oficial del Vaticano, escandalizado por esta versión romantizada de la lujuria, le dedico un editorial a denunciar a la canción como obscena (vaya novedad).
Je t`aime (moi non plus) terminó siendo el mayor éxito comercial de la carrera Gainsbourg, multiplicando su fama (y la de la pareja) en Francia y toda Europa. Luego siguieron explotando el éxito y revuelo provocado por la canción con el single 69, Année Erotique y publicaron todo un LP llamado simplemente Serge Gaisnbourg et Jane Birkin. La canción es todo un clásico de la música popular del siglo XX que conoció luego varias versiones de otros artistas como Malcolm McLaren, Psychic TV, Donna Summer o Eistürzende Neubauten.

























Di Doo Dah
El single Je t`aime (moi non plus) significo el comienzo de la carrera Birkin como cantante y ese mismo año se lanza el disco Serge Gainsboug & Jane Birkin que contenía, además de la canción del escándalo y su continuación (69 Anne Erotique) otros clásicos del universo Gainsbourg como L`Annamour, Orang Outan o una versión de Les Sucettes, canción que originalmente fuese un éxito en la versión de France Gall[16]. Pero el verdadero debut solista de Birkin se produciría recién cuatro años mas tarde de esto y dos años después de Historie de Melody Nelson mas con Di Doo Dah en 1973.
Como era de esperarse, todas las canciones estaban compuestas por Gainsbourg y la producción corrió a cargo, nuevamente de JC Vannier. Al ser Di Doo Dah es una prolongación mas de la obra de Gainsbourg, comparten muchas características comunes. El disco esta construido sobre bases rítmicas hiper simples, a los que se suman sutiles arreglos de cuerdas mas arreglos y un discreto acompañamiento de piano o guitarra, sobre los cuales Bikin canta íntimamente con una voz a veces casi susurrada y desafinando olímpicamente varias veces a lo largo del disco.
Aprovechando la evidente carga erótica de la figura de esta chica, los temas del disco giran entre los celos, la lujuria y la infidelidad. Lo curioso aquí es de nuevo el juego entre ficción, leyenda y realidad. Los celos y miedo a la infidelidad que Gainsbourg terminaron destrozando esta relación idílica son parte central del disco. Aquí Gainsbourg como que sublima y tranquiliza sus temores de infidelidad al escenificarlos en el plano de la ficción. En Help Camineur , Birkin (Melody?) pide ayuda a un bruto conductor de un camión cisterna para que la ayude (¿una forma de Gainsbourg de recordarle en un juego referencial con Historie de Melody Nelson de la suerte que tiene de haberse cruzado con su vida y no con otro?). C`est la vie qui veut ça, empieza con la frase “j`amerai te dire que je te suis fidèle” (me gustaría decirte que te soy fiel) para luego narrar una serie de infidelidades. En Mon Amour Baiser, Birkin narra como besa a todo el mundo en una especie de oda a la promiscuidad (baiser es “besar” pero también puede ser “cojer”, “follar”, eso). Y en Banana boat...bueno, ¿vieron alguna vez un banana boat?, bueno, imagínense a Jane Birkin en un banana boat.



















He escuchado varias veces la siguiente estupidez: que Jane Birkin no sabia cantar, que carecía de talento musical y que de no ser por Serge Gainsbourg y su sobrenatural belleza (la de ella digo) nunca hubiese llegado a grabar un disco.
A ver. Estamos en el siglo XX y estamos hablando de música pop, ser por lo menos presentable a la vista es importante. No digo que haya que nacer lindo para poder cantar enfrente a un público, Gainsbourg es un caso de cómo la inteligencia logra dar vuelta un partido que había empezado con un 0-4 en contra. Pese a ser un niño feo, Gainsbourg termino siendo un señor mas que agradable a la vista y la linda colección de mujeres que logro atraer en su vida sirven de prueba. La belleza es una prueba de inteligencia y además se manifiesta en infinidad de formas. La belleza de Birkin no solo es heredada por el destino de unos buenos genes sino al saber llevarla con una simpatía, encanto y elegancia multiplicó su belleza natural. Además el disco (y parte de su carrera) esta construido alrededor de su imagen, es decir, gran parte de la “gracia” de las canciones es que son cantadas por una chica muy muy muy linda, estas no tendrían mucho sentido si no supiésemos como es que luce quien las interpreta.
Segundo, pese a que estamos ya dentro del SXXI hay gente que sigue midiendo el “saber cantar” con patrones previos al SXX.
Un poco de historia. Con el desarrollo tecnológico de principios de siglo pasado la música experimenta varios sacudones. Uno fue el la posibilidad de grabar la música para poder ser reproducida en otro momento y lugar. Hasta ese momento, la música era siempre un evento, una performance que sucedía en determinado momento y lugar. Ligado a esto están los procesos de amplificación de sonido y el desarrollo (paralelamente a la industria discográfica) de la radiodifusión. Ahora tenemos algo llamado micrófono por lo que las técnicas vocales que se desarrollaron pensando en la Opera no son tan necesarias como antes, lo que produjo una verdadera democratización en el arte de cantar. Así que no hace alzar la voz, te oigo igual. El crooning fue todo un estilo basado y pensado para las nuevas técnicas de amplificación de la voz que se fue desarrollando a partir de los años 20s y que gente como Bing Crosby logro dominar a la perfección antes de que el rock n roll arrasase con todo (en donde también se aprovecho la amplificación eléctrica de la voz de varias maneras). Gracias a la amplificación se género la posibilidad de crear una sensación de intimidad confesional que luego aprovecharían Gainsbourg, Birkin y otros miles de cantantes. Entonces es así que tenemos a la voz de Birkin con la sensación de que nos es susurrada al oído, como un juego de caricias y besos en el cuello, logrando así explotar al máximo las capacidades eróticas de la chica, logrando una obra que difícilmente puede ser más excitante.
Bueno, ahora bien. Birkin no solo canta bajo sino que también desafina, es decir, no canta bien técnicamente. Y bueno, Sid Vicious no tocaba el bajo y Jane Birkin no sabia cantar. ¿Y que?. Por mas que hemos tenido todo un siglo plagado de una gran cantidad de maravillosas obras musicales (en varios estilos, géneros y ambientes) que prescindían de la búsqueda de la perfección técnica, hoy en día (y sobretodo en Uruguay) se sigue repitiendo que aprender a tocar (aprender a tocar como se supone que se debe tocar) es fundamental para hacer música. No. La técnica puede ser útil para hacer música, pero no esencial. Hay otras cosas más importantes.
Además la sola idea de que Birkin “no sabia cantar” es ridícula. Si, en Di Doo Dah desafina varias veces, ¿pero que es lo que les hace pensar que no se trata de algo deliberado?. Si realmente hubiese querido que el disco hubiese salido correctamente afinado hubiese simplemente hecho otra toma. Las desafinaciones de Birkin tienen una razón de ser y cumplen una función esencial en cualquier obra de arte: provocar una emoción. El error puede ser un hallazgo y un motor creativo. La delicada y quebradiza voz de Birkin produce algo, es humana y es real, y sobretodo con ella logro crear un estilo propio, reconocible y original.
Otra cosa. La ultima acusación que recibe Birkin es de algo así como simple “marioneta” de Gainsbourg, ya que este le componía todas las canciones y diseñó su carrera musical en casi todos los niveles. Bueno, para empezar, ligar la “autenticidad” o “validez” de una obra musical al hecho del que compositor e interprete sea la misma persona ignora no solo la historia de la música popular del SXX (el Tin Pan Alley, el Brill Building, Gershwin, los standars de jazz, las primeras bandas de rock, etc) sino que prácticamente toda la historia de la música universal, ya sea académica o popular. Por alguna extraña razón se sigue suponiendo que una obra musical es más “válida” si el que interpreta la música también la ha compuesto y seguimos atados a esa concepción rockera nacida de cuando a los Beatles les dio por empezar a componer canciones para dar un paso adelante en su carrera.
Además, como si el hecho de que la carrera musical de Birkin sea una creación absoluta de Gainsbourg la invalidase como hecho artístico. ¿Que tendrá que ver?. Aparte esto ni siquiera era totalmente cierto. La inglecita puede que hubiese un títere del francés, pero esta era lo suficientemente talentosa e inteligente para que, al estar conciente de que estaba interpretando un papel, lograr perfeccionarlo, mejorarlo y darle una terminación adecuada.
En definitiva, ¿cómo no darse que cuenta que estamos hablando de un hecho artístico[17] cuando Gainsbourg pone a su descaradamente hermosa novia a cantar (mal) bellas canciones de explicito contenido sexual casi como echándole en cara al mundo lo linda que es y lo bien que lo esta pasando?.

















"Sé que los actores profesionales son rápidos y buenos, son puntuales y se lucen, lo hacen bien y están a tono, hacen sus números y no hay problemas. Los ves actuar y parecen tan naturales que jamás dirías que están actuando: es como si acabaran de tener una ocurrencia. Pero vuelves a verlos la noche siguiente y acaban otra vez de tener una ocurrencia. Si alguna vez tengo que elegir a alguien para un papel, busco la persona más equivocada para el papel. Nunca puedo visualizar a la persona idónea para él. La persona adecuada para el papel adecuado sería demasiado. Además, nadie es del todo adecuado para un papel, porque un papel es una función, nunca es real, de modo que si no puedes conseguir a alguien que sea del todo apropiado, es más gratificante conseguir a alguien totalmente equivocado. Entonces tienes la certeza de que has conseguido algo. No digo que el gusto popular sea malo, pues lo que se desecha del mal gusto es bueno: digo que lo que se desecha es probablemente malo, pero si puedes recogerlo y convertirlo en bueno o al menos en algo interesante, entonces no pierdes tanto como perderías de otro modo"

Anduy Warhol, fragmento de Mi Filosofia de la A a la B y de la B a la A

[1] Autor del libro Gainsbourg, le génie sinon rien.
[2] En el 94 en Francia se editó una caja de 4 videos que recopilaba sus apariciones abarcando toda sus carrera (1958-91) llamada simplemente Gainsbourg. Desconozco si esta caja se reedito en dvd, pero si aún no se hizo alguien lo van hacer pronto.
[3] Suele olvidarse que estos proto video-clips son en realidad una evolución de las presentaciones que los artistas hacían en los estudios de TV. Con o sin playback, las escenografias y puestas en escena de esas presentaciones se fueron desarrollando hasta adquirir la forma de pequeñas obras de teatro y luego en pequeñas obras cinematográficas. En el caso especifico de Francia esto se nutrió gracias a superabundancia de realizadores jóvenes que empezaron a trabajar en esa época (ciento setenta cineastas debutaron en el perdido 1959-62). Digo todo esto porque cada vez que se habla de “la historia del video clips” es como si antes de MTV no hubiese habido nada. A medida que el prestigio de Gainsbourg fue creciendo, este tomo cada vez mas el control de estos pequeños filmes hasta directamente convertirse el director de la mayoría de los mismos.
[4] Su gusto por el alcohol, el tabaco y “la mala vida” en general lo llevo a tener su primer infarto en 1973.
[5] “La Nouvelle Vague C`est moi” declaraba, muy suelto de cuerpo, en 1963. “Nueva Ola, lo que es decir, el avant garde de la canción. Hay todo un lenguaje por inventar. Todo un mundo por crear, todo esta por hacerse ».
[6] ¿Cuántos artistas no-jamaiquinos hacían reggae a finales de los 70s?. Gainsbourg adopto el reggae casi paralelamente a los punks y grabó en Kingston (con músicos vinculados a Peter Tosh, Black Uhuru, Gregory Isaacs y Bob Marley) dos muy buenos discos en ese género: Aux Armes et Caetera y luego Mauvaises Nouvelles des Etoiles. Aunque quizás el reggae mas conocido de Gainsbourg sea la versión que hizo de La Marseillaise, la que le valió el odio un una colección de editoriales furibundos en la prensa de derecha, que recordaron súbitamente los orígenes ruso judíos de Gainsbourg. Años mas tarde, como forma de respuesta a todo este asunto, Gainsbourg aprovecharía su fortuna para comprarse una subasta el manuscrito original del himno francés.
[7] Una manera de ejemplificar esto es con la canción Comic Strip; en el “estribillo” la voz femenina pronuncia una serie de homonopatopeyas (referidas, dicho sea de paso, a la serie de Batman de los 60s) que terminan como siendo parte del arreglo de bateria que se hay como acompañamiento. La versión mas conocida de esta canción es con Brigitte Bardot pero hay otras menos conocida con Jane Birkin.
[8] Mas adelante en 1976 haría otro disco conceptual: L`homme a tète de chou.
[9] Gainsbourg hizo como manera de promocionar al disco, un corto para cada canción del disco para ser emitidos en la televisión francesa. Los 7 cortos se puede encontrar en youtube y en su conjunto conforman una especie de película 1 2 3 4 5 6 7.
[10] Entre ces esclaves nus taillés dans l`ébène/Qui seront tes témoins muets de cette scène/Tandis que là-haut un miroir nous réfléchit/Lentement j`enlace Melody...
[11] Gainsbourg terminaría haciendo reggae en el futuro, pero este disco tiene ya un aire bastante marihuanero.
[12] Hay quien asegura que el disco esta construido con un detallismo al extremo de juegos numerologicos. Ejemplo: 7 canciones, la primer y la ultima canción duran 7 minutos, Melody muere en un 707, etc.
[13] Oh Melody!/Si tu m`as menti j`en ferai/una maladie/Je n`sais pas c`que je te ferai.
[14] Como se puede observar en los títulos de las canciones durante todo el disco se juega con la palabra Melody, al punto que la obra parece un ensayo sobre las posibilidades poéticas de la palabra.
[15] La versión de Je t`aime (moi non plus) con Briggite Bardot se terminaría publicando en el año 86.
[16] Les Sucettes que contaba la fuerte adicción de una adolescente por los chupetines y tenia un evidente doble sentido sexual, que además era parte esencial de la canción (o sea, nunca hubiese existido sino fuese por ese doble sentido). El degenerado de Gainsbourg se la hizo cantar a la aniñada y buenita France Gall en los 60s, pero esta se dio cuenta de su doble sentido bastante tiempo después. Mas tarde, en una entrevista compartida con Gainsbourg, a Gall le preguntan porque no cantaba mas esa canción. Ella, que la asociaba con el periodo mas infantil de su carrera contesto “es que no estoy mas para esas cosas” a lo que Gainsbourg replicó “lo lamento por su esposo”.
[17] Digo “artistico” por que ya no me importa si es musical o no: ¡METANSE LA MÚSICA EN EL ORTO!.

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